Músico, poeta y loco.
Músico, poeta y loco.
Y ante todo, un gran soñador.
Un soñador que comparte,
que irradia sus sueños,
que nunca renuncia a ellos.
Que contagia con su entusiasmo,
que transmite su pasión a
quienes lo escuchan.
Un guerrero de la vida,
un amante de las artes.
De la pintura, de la música y la poesía.
Un amante de la vida.
Un espíritu de aliento,
un esparcidor de sueños,
cuyo rol es tan importante,
pero a veces aún más ignorado.
Porque ¿Qué es una vida sin sueños,
sin ilusiones?
Se convierte en un trajinar sin sentido,
un despertar, comer, dormir.
¿Dónde queda el sentir,
si no soñamos?
¿Cómo interpretar mejor una obra?
¿Cómo vivir felices?
Agricultor de sueños,
que ha sembrado la semilla de la música,
la cultura y las artes,
en tantísimos espacios, personas y
comunidades de nuestro pueblo.
Agricultor de vida,
porque es el culpable de que
muchos sintamos en el alma
la emoción al oir una melodía.
Pregonador de un
do re mi fa sol la si
incansable.
Equivocadamente, algunos
han dicho: Miguel en
muchas ocasiones ha
regalado su trabajo.
El nunca ha regalado nada de trabajo,
a pesar de entregar muchas horas
de su tiempo, sin contraprestación
económica alguna.
En cambio, nos ha regalado
su sapiencia, su experiencia,
su amor por la vida.
Pintor, poeta, músico...
Agricultor de la música...
Incansable, Jornalero.
Maestro Miguel Ángel Martinez Bonilla.
No sabe aún Bugalagrande
cuánto te debe.
Lo dirá la historia,
quedará escrito en tu música,
pero más aún,
en tus semillas.
Esas que irán dando sus frutos,
aún cuando ya no necesiten del riego diario
que les dabas. Tu nombre,
Miguel Ángel Martinez Bonilla.